sábado, 13 de noviembre de 2021

un consejo a sofia

Sophia Loren, une destinée particulière (Julia Bracher, 2019) es un documental íntimo sobre la mujer que Carlo Ponti modeló como estrella y Vittorio De Sica como actriz: Sofia Scicolone, Sofia Lazzaro, Sophia.

En él aparecen su madre, Romilda Vallini y sus primeros escarceos interpretativos en el campo de la fotonovela. También su complicada relación con Ponti, veinte años mayor que ella, casado y con dos hijos, y la propuesta matrimonial de Cary Grant durante el rodaje español de The Pride and the Passion (Orgullo y pasión, Stanley Kramer, 1957).

De Sica comparece durante la producción de Pane, amore e... (Dino Risi, 1955) en Sorrento, aún vigente su atractivo como galán, pero, sobre todo, como pigmalión de la actriz, de la que dice que es tan bella como inteligente. Al regresar ambos a Nápoles para el rodaje de L'oro di Napoli (De Sica, 1953), donde Sofia interpretará a la pizzaiola infiel, Vittorio le aconseja que se impregne del ambiente en el que se ha criado y deje libre su instinto: "Olvídate de las clases de interpretación y sigue la senda de tus recuerdos".

El documental termina prácticamente con el homenaje de la discípula a su maestro, cuando éste fallece en 1974. Una giornata particolare (Una jornada particular, Ettore Scola, 1977), una vez más junto a Marcello Mastroianni, es el inicio de una nueva etapa en la carrera de la actriz marcada por la ausencia de De Sica.

domingo, 5 de septiembre de 2021

ayer, hoy y mañana

Ayer, hoy y mañana es objeto de una prohibición por parte de la censura española que demora su estreno hasta 1975. La peculiar sinopsis de uno de los vocales de la Junta de Censura da una idea clara de por dónde iban los tiros: "En el primer episodio hay un tratamiento bufo de la maternidad. En el segundo un tono demagógico. En el tercero además de un exhibicionismo constante que no hay manera de aligerar, hay un tratamiento inaceptable de la vocación y la religión".

lunes, 9 de agosto de 2021

un ladri di biciclette triestino y anticomunista

Finalizada la II Guerra Mundial el estadounidense Herbert L. Jacobson se establece en la zona italiana del Territorio Libre de Trieste, administrado por las fuerzas anglo-americanas. Casado con una triestina, el periodista y ex-oficial del Quinto Ejército estadounidense se hace cargo de la dirección de Radio Trieste en 1946. Cuando los Estados Unidos despliegan en 1948 el Plan Marshall en Europa la Administración de Cooperación Económica (ECA) encomienda a cineastas de varios países la realización de películas de propaganda sobre sus actividades. De este modo, Herbert Jacobson se convierte en Jacopo Erbi, director de Aquila (1951), una película de ficción de dos rollos sobre la importancia de la ayuda estadounidense para acabar con el desempleo en la zona de Trieste.

Los títulos de crédito se desarrollan precisamente sobre imágenes de ciudadanos que reclaman paz, libertad y trabajo. Y ahí es precisamente donde se percibe la influencia de Ladri di biciclette (1949). Como en ésta, Aquila presenta a un padre de familia (Natale Peretti) incapaz de encontrar un puesto de trabajo que le permita llevar a casa comida para su mujer y sus hijos. Como a Antonio Ricci, la frustración le empuja al robo, aunque la policía se muestra comprensiva y le deja libre.

Hasta este momento, toda la iconografía desiquiana ha hecho acto de presencia, pero en lugar del futuro incierto que aguarda a Ricci y al pequeño Buno cuando se pierden entre la multitud al final de la película de De Sica, aquí comienza el argumentario propagandístico de Aquila. La ECA planea una inversión de dos mil setecientos millones de liras en la construcción de la refinería que da título a la película. 

Bajo la eficiente supervisión de la ECA los trabajos se desarrollan a toda velocidad y, en breve, el desempleado está plenamente integrado en el equipo de la refinería y su familia, bien alimentada, es feliz a más no poder. Los camiones de Aquila distribuyen el combustible por toda Italia mientras aparece la palabra Fin. En inglés, eso sí, porque el cortometraje carece de diálogos. La banda sonora está constituida por una vibrante partitura de Mario Bugamelli interpretada, como no podía ser de otro modo, por la orquesta de Radio Trieste.

Justo antes, en un sutil guiño propagandístico, el trabajador satisfecho se ha detenido ante un cartel que solicita el voto para el PCI y no le ha hecho ni caso. Hay que recordar que Ricci y su hijo sólo encontraban solidaridad para recuperar la bicicleta robada de los miembros de una delegación barrial del Partido Comunista. Pero la llegada de la Democracia Cristiana al poder en 1948 ha allanado el camino a la ayuda americana y ambos tienen un enemigo común. En Aquila, el neorrealismo no es otra cosa que un envoltorio que, debido a la inmensa popularidad de Ladri di biciclette, el público acepta sin reparos: una cucharada de azúcar con la que hacer tragar la medicina de la propaganda proamericana y anticomunista.

miércoles, 7 de abril de 2021

emi de sica y su madre, giuditta rissone


El pasado 23 de marzo fallecía Emi De Sica, hija de la actriz Giuditta Rissone y de Vittorio De Sica, que habían coincidido en la compañía de Guido Salvini a finales de los años veinte del pasado siglo. Primer actor: Vittorio; primera actriz: Giuditta; como característicos Amelia Chellini, Umberto Melnati, Giulio Donadio, Pina Renzi y Checco Rissone, el hermano de Giuditta. En su repertorio, un deseo de renovación evidente: comedias sofisticadas de Coward, dramas pirandellianos de Betti, obras de Cesare Giulio Viola... Ante el fracaso popular de este repertorio, el empresario Mario Mattòli les propone un cambio. El triunfo de las revistas tituladas genéricamente Za-Bum dura tres años. Luego, Vittorio, Giuditta y Sergio Tofano se desligan del avvocato Mattòli para formar compañía propia. 

Después de diez años trabajando juntos en el escenario Vittorio y Giuditta contraen matrimonio. Es en 1937, en una ceremonia íntima a la que sólo acuden los novios y los testigos. Ella, que afirma carecer de vocación teatral más allá de la tradición familiar que la ha abocado a este camino, alienta a Vittorio para que progrese profesionalmente en la pantalla, donde ya es uno de los más señeros galanes del cine del régimen. En 1942 la evolución del conflicto bélico y la crianza de su hija Emi le hacen tomar a Giuditta la decisión de retirarse de la escena. Es entonces cuando Vittorio, mujeriego notorio, conoce en Cinecittà a la española María Mercader, la que será su pareja estable el resto de su vida. En 1938 nace su hija Emi. Con María Mercader tiene otros dos vástagos: Manuel, en 1949, y Christian, en 1951. El padre no quiere contrariar a nadie, así que después de un duro día de trabajo acude a casa de María Mercader, donde cena con los pequeños. Antes de amanecer corre a casa de Giuditta Rissone, para que Emi lo vea levantarse allí. Las cenas de Nochevieja tienen lugar por duplicado, con el reloj de casa de María Mercader adelantado dos horas para que la hija adolescente no sospeche nada. Un intento de divorcio en México, en 1957, cuando Emi ya conoce la situación de su padre, resulta infructuoso. Carlo Ponti, que ha adoptado la misma solución y se ha casado con Sofia Loren, es acusado en Italia de bigamia. Además de sus problemas matrimoniales, los rotativos italianos publican a toda plana las complicaciones de De Sica con el fisco. Se tiene que defender explicando que se ha visto obligado a pedir un crédito para poder pagar los impuestos. Pero De Sica tiene sesenta y tres años y está ya cansado. Declara a los periodistas que si tuviera treinta años menos se marcharía de Italia. No tardará en hacer efectiva la fuga. El traslado a París junto a María Mercader tiene lugar al concluir la elaboración de Matrimonio a la italiana (Matrimonio all’italiana, 1964). De Sica, francoparlante, establece allí su residencia a fin de obtener en primer lugar la nacionalidad francesa y después el divorcio de Giuditta . Ella, retirada de las tablas, había vuelto al teatro al ser reclamada por Ruggero Ruggeri, pero sólo fugazmente. A partir de entonces sólo afrontará esporádicos y breves papeles en cine, alguno de lucimiento, como el de madre de Marcello Mastroianni en Fellini 8½ (, Federico Fellini, 1963). 

El año pasado la Cineteca de Bolonia recogió los recuerdos de Emi De Sica en el documental Mia madre, Giuditta Rissone (Anna Masecchia y Michela Zegna, 2020) en el que repasaba la vinculación familiar con el teatro y la figura de su madre. De unas imágenes en 8mm rescatadas para el documental procede la imagen que encabeza estas líneas.

sábado, 23 de enero de 2021

de sica y españa (v)


En varias ocasiones hemos apuntado la relación intermitente que Vittorio De Sica mantuvo con España, ya fuera por motivos profesionales o personales. Su presencia en Barcelona en los primeros días de 1947 fue objeto de atención por parte de los medios especializados, sobre todo, cuando aseguró que pretendía rodar al menos una película como director y otra como intérprete en España. Entre los proyectos que baraja están las adpataciones de algunas novelas de Galdós, El niño de la bola de Pedro Antonio de Alarcón y La hermana San Sulpicio de Armando Palacio Valdés, "aunque de ésta me dicen que ya hay una buena versión", afirma De Sica en referencia a la dirigida por Florián Rey con Imperio Argentina como protagonista. [Cinema, núm. 19, 15 de enero de 1947.]

Como intérprete tiene en proyecto una nueva versión de El sombrero de tres picos dirigida por Camerini, que no llegará a la pantalla hasta unos años después con el título de La bella mugnaia (La bella campesina, Mario Camerini, 1955).

—Así,  ¿el proyecto concreto?
—El único proyecto realmente concreto por el momento es el de hacer films de calidad internacional, que puedan gustar en todos los países. En este sentido, y sobre todo como director, tengo ya algunas felices experiencias; sobre todo mi última película “Sciuscià”, un tema de pilluelos, pequeños limpiabotas, que está obtenido un éxito grande en París, donde se presentó en el Palacio Chaillot, en Londres y en Nueva York.
—¿Qué conoce usted de cine español?
—Muy poco, porque a Italia ha llegado muy poco. De vuestros directores el que considero mejor es Florián Rey; su Aldea maldita me pareció admirable. De todos modos, repito, conozco poco y no he visto nada de sus directores más jóvenes.
—Advierto en sus respuestas que el cine le interesa principalmente en el aspecto de la dirección.
—Así es, en efecto. En Espata me conocen exclusivamente como actor y por cierto con una estimación que agradezco muy de veras; pero en Italia soy más conocido como director. [Cinema, núm. 19, 15 de enero de 1947.]

Aunque el periodista que realiza la entrevista parece atribuir los siete días de viaje de Italia a Barcelona al clima de posguerra que vive Europa, lo cierto es que el paso por Francia en compañía de Peppino Amato y María Mercader se salda con varias noches de ganancias y pérdidas en todos los casinos que encuentran a su paso por la Costa Azul. En la Ciudad Condal les aguarda Rosario Pi, que fuera valedora de María Mercader en sus primeras incursiones en la pantalla en España y en sus clases de teatro en París con Louis Jouvet durante la Guerra Civil.