El pasado 23 de marzo fallecía Emi De Sica, hija de la actriz Giuditta Rissone y de Vittorio De Sica, que habían coincidido en la compañía de Guido Salvini a finales de los años veinte del pasado siglo. Primer actor: Vittorio; primera actriz: Giuditta; como característicos Amelia Chellini, Umberto Melnati, Giulio Donadio, Pina Renzi y Checco Rissone, el hermano de Giuditta. En su repertorio, un deseo de renovación evidente: comedias sofisticadas de Coward, dramas pirandellianos de Betti, obras de Cesare Giulio Viola... Ante el fracaso popular de este repertorio, el empresario Mario Mattòli les propone un cambio. El triunfo de las revistas tituladas genéricamente Za-Bum dura tres años. Luego, Vittorio, Giuditta y Sergio Tofano se desligan del avvocato Mattòli para formar compañía propia.
Después de diez años trabajando juntos en el escenario Vittorio y Giuditta contraen matrimonio. Es en 1937, en una ceremonia íntima a la que sólo acuden los novios y los testigos. Ella, que afirma carecer de vocación teatral más allá de la tradición familiar que la ha abocado a este camino, alienta a Vittorio para que progrese profesionalmente en la pantalla, donde ya es uno de los más señeros galanes del cine del régimen. En 1942 la evolución del conflicto bélico y la crianza de su hija Emi le hacen tomar a Giuditta la decisión de retirarse de la escena. Es entonces cuando Vittorio, mujeriego notorio, conoce en Cinecittà a la española María Mercader, la que será su pareja estable el resto de su vida. En 1938 nace su hija Emi. Con María Mercader tiene otros dos vástagos: Manuel, en 1949, y Christian, en 1951. El padre no quiere contrariar a nadie, así que después de un duro día de trabajo acude a casa de María Mercader, donde cena con los pequeños. Antes de amanecer corre a casa de Giuditta Rissone, para que Emi lo vea levantarse allí. Las cenas de Nochevieja tienen lugar por duplicado, con el reloj de casa de María Mercader adelantado dos horas para que la hija adolescente no sospeche nada. Un intento de divorcio en México, en 1957, cuando Emi ya conoce la situación de su padre, resulta infructuoso. Carlo Ponti, que ha adoptado la misma solución y se ha casado con Sofia Loren, es acusado en Italia de bigamia. Además de sus problemas matrimoniales, los rotativos italianos publican a toda plana las complicaciones de De Sica con el fisco. Se tiene que defender explicando que se ha visto obligado a pedir un crédito para poder pagar los impuestos. Pero De Sica tiene sesenta y tres años y está ya cansado. Declara a los periodistas que si tuviera treinta años menos se marcharía de Italia. No tardará en hacer efectiva la fuga. El traslado a París junto a María Mercader tiene lugar al concluir la elaboración de Matrimonio a la italiana (Matrimonio all’italiana, 1964). De Sica, francoparlante, establece allí su residencia a fin de obtener en primer lugar la nacionalidad francesa y después el divorcio de Giuditta . Ella, retirada de las tablas, había vuelto al teatro al ser reclamada por Ruggero Ruggeri, pero sólo fugazmente. A partir de entonces sólo afrontará esporádicos y breves papeles en cine, alguno de lucimiento, como el de madre de Marcello Mastroianni en Fellini 8½ (8½, Federico Fellini, 1963).
El año pasado la Cineteca de Bolonia recogió los recuerdos de Emi De Sica en el documental Mia madre, Giuditta Rissone (Anna Masecchia y Michela Zegna, 2020) en el que repasaba la vinculación familiar con el teatro y la figura de su madre. De unas imágenes en 8mm rescatadas para el documental procede la imagen que encabeza estas líneas.
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