viernes, 15 de junio de 2018

lo sconosciuto di san marino


No nos hemos detenido a desentrañar qué pretendían los creadores –Cesare Zavattini y Vittorio Cottafavi en la parte literaria y el judío polaco Michal Waszynski en la dirección- cuando se plantearon ambientar una historia bélica en la serenísima república de San Marino: Lo sconosciuto di San Marino (1946).

Un cura católico (Antonio Gandusio) y un vegetariano ateo (Vittorio De Sica) se disputan la tutela de un amnésico (el bailarin y coreógrafo húngaro Aurel M. Miloss) llegado a la ciudad durante la contienda. Anna Magnani encarna una vez más a una mujer fuerte, una prostituta de la que se enamora el recién llegado.

En un plazo brevísimo, el desconocido se hace amigo de los niños, enamora a la prostituta, convence al cura de utilizar nuevos métodos para captar adeptos… y se mete en un campo de minas. Es allí donde se lo encuentran los miembros de la compañía de variedades que acompaña al segundo cuerpo del ejército polaco, comandado por el general Anders. Los miembros de la compañía lo recogen y lo llevan a la ciudad. Justo antes salir a cantar Wanda (Renata Bogdanska) recibe la noticia de que su familia ha muerto durante una razzia perpetrada por los nazis.Sin solución de continuidad —mientras tanto o en un universo paralelo, quién sabe— se prepara la tradicional procesión religiosa y Beatrice (Franca Belli), la mujer del ateo, lo ha narcotizado para poder acudir a la celebración. Pero, al ver la cruz, el amnésico recuerda su pasado de nazi despiadado, intenta violar a Beatrice y vuelve al campo de minas para expiar sus muchos pecados. Por el camino, el ateo se reconcilia con su mujer y la prostituta se redime.

Película bizarra como pocas, sin norte ni rumbo, que consignamos por contener uno de los pocos registros cinematográficos de la bella Renata Bogdanska, por el cruce entre ballet y mimo con el que el recién llegado encanta a los niños y por un interludio en la actuación para los soldados en el que podemos entrever a una pareja de bailarines excéntricos.