sábado, 25 de junio de 2022

amo te sola

Tras emparejar a Milly con Vittorio De Sica en Tempo massimo (1934), Mario Mattoli repite la jugada en Amo te sola (Ámote sólo a ti, 1935), aunque en esta ocasión los viste de época. No por ello faltan las canciones, ni la comedia de enredo, ni las situaciones farsescas. La acción se sitúa en Florencia en 1848, en plena revuelta liberal contra el Gran Duque. Giovanni (De Sica) es un joven compositor napolitano que, por una serie de equívocos, termina componiendo el himno de los revolucionarios. De paso, se ha enamorado perdidamente de Grazia (Milly), a cuya hermana Carlota (Giuditta Rissone, la mujer en la vida real de Vittorio) corteja el abogado Piccoli (Erico Viarisio). Giovanni termina en prisión, pero consigue la libertad gracias a Grazia. En Milán triunfa como compositor de ópera en la onda moderna. Hace tiempo que no tiene noticias de la mujer que ama y regresa a Florencia a fin de encontrarla. De nuevo el enredo es el motor de la acción. El abogado se ha casado con Carlotta, pero, como el amigo de Giovanni (Carlo Ninchi) le hace pasar por un donjuán especializado en mujeres casadas, el abogado urge a Grazia a que se haga pasar por su mujer. Destrozado, Giovanni hace gala de un cinismo sin límites durante la cena, abominando del amor romántico, defendiendo que en la actualidad los matrimonios son meros contratos financieros y presumiendo de sus conquistas. Esto hiere profundamente a Grazia, que no reconoce en él al hombre que ama. La situación se resolverá cuando los enamorados se sinceren y desfilen del brazo camino de la guerra al son del himno que él compusiera.

A pesar de este final, que ubica la película en la relectura en clave patriótica que del Risorgimento hace el fascismo, obviando su carácter liberal, Mattoli nunca cede a otro sentimiento que no sea el humor y mantiene el ritmo vivo de la farsa a partir de la interpretación conjuntada de todo el elenco. Es así, paso a paso, con un modo de hacer relajado, un puntín melancólico, con su vis cómica y su voz bien timbrada, como Vittorio De Sica se va convirtiendo en el actor cinematográfico más popular de Italia en la década de los treinta.

De los incidentes del rodaje y de la recepción crítica ya hablamos aquí.