En 1988 Dino Risi acomete la tarea suicida de realizar una nueva versión de La ciociara, en la que Sofia Loren vuelve a encarnar a Cesira 28 años después de haber obtenido el Oscar por este papel. La nueva adaptación tiene una versión televisiva de casi cuatro horas y otra en forma de largometraje. Además se rueda por partida doble en italiano e inglés para su exhibición en Estados Unidos.
El guión de Bernardino Zapponi, Lidia Ravera y del propio Risi recupera pasajes de la novela de Moravia descartados en la adaptación de Zavattini y De Sica, aunque el clímax sigue siendo la escena de la violación de las dos mujeres por parte de los soldados marroquíes en la iglesia abandonada.
El epílogo, ausente de la novela y de la cinta de 1960 presenta al novio de Rosetta que vuelve de un campo de concentración. Ambos han dejado atrás la adolescencia. Las banderas estadounidenses que adornan el escaparate del colmado de Cesira son símbolo del fin de la guerra, pero también de la servidumbre -¿o es pura ironía risiana?- de hacer un producto que ha de ser consumido por el público televisivo norteamericano.
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