miércoles, 10 de junio de 2015

el rodaje de adelina



El rodaje de "Adelina", el episodio napolitano de Ieri, oggi, domani, está cuajado de anécdotas.

Para insuflar vida a una historia ambientada en semisótanos, consultas médicas, bufetes legales y la prisión de Poggioreale, De Sica se propone sacar la acción a la calle todo lo que pueda, de modo que la ciudad esté siempre presente y los napolitanos hagan de coro. Le cuesta lo suyo. Cuando se dispone a rodar en Spaccanapoli se encuentra casi tres kilómetros de calle con dos mil niños, trescientas mujeres y doscientos desocupados invadiendo el encuadre. A las dos y media sale el sol. De Sica pide por el megáfono que despejen el encuadre y en unos instantes la calle se queda vacía. Al terminar, avisa que el plano se ha rodado y agradece la colaboración de todos. Un coro de dos mil quinientas voces le contesta: “¡De nada!”.

La situación se repite cuando intenta rodar la salida de la cárcel. En el interior, los problemas son otros. De Sica quiere elegir para los papeles de las compañeras de encierro de Adelina a auténticas reclusas. A la hora de rodar, la Terremota mira siempre al objetivo al decir su frase, la Sorrentina entra tarde, la Zizzagliona no transmite nada... y Sofia Loren debe repetir una y otra vez su diálogo.

Como ya ocurriera en La ciociara De Sica topa con la Iglesia. Surgen problemas para rodar en la de San Severo alla Sanità. Pero para sorpresa de todos, al enterarse el cura de que el script es comunista y de que De Sica tiene ideas de izquierda concede el permiso inmediatamente, Cuando esperan que pida dinero les dice que no, que en todo caso den algo para aliviar la miseria secular del barrio. “Nunca creí que en la Nápoles monárquica, fascista y democristiana, hubiera un hombre honesto que llevase sotana”, se asombra De Sica.

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