viernes, 27 de abril de 2018

aclimatación del neorrealismo a la realidad española


Sin la sonrisa de Dios (Julio Salvador, 1955) es una exaltación de los maestros de la escuela pública, que, según la película, tienen dos apoyos insustituibles a la hora de luchar contra la desigualdad y la miseria que reina en los barrios bajos de una gran ciudad: la iglesia y el Frente de Juventudes. Gracias a la labor asistencial de estas organizaciones y a la integridad del profesor Ponte (Conrado San Martín), el golfillo Piquín (Pepito Moratalla) encontrará un camino de redención mediante la que purgar las culpas de sus padres.


Asistimos así a la plasmación de lo que se venía reclamando desde instancias oficiales españolas desde la explosión neorrelista, que deflagra en España tardíamente, a principios de la década de los cincuenta. Esto es, que la esperanza de matriz cristiana sirva de superación al determinismo que guía los mejores trabajos de Rossellini y De Sica en esta línea. La cita de Ladri di biciclette no puede ser más literal.

domingo, 1 de abril de 2018

gastone


Gastone (1960) es una caricatura en la que el director Mario Bonnard y el actor Alberto Sordi rinden tributo a uno de los maestros del teatro cómico italiano: Ettore Petrolini, o cuando el sustantivo caricato no era despectivo.

En el ambiente de los salones de variedades de la Italia en las postrimerías de la Gran Guerra, Sordi es el gigoló y danseur mondain, eternamente embutido en su frac y engominado y De Sica es un aristócrata calavera que vive de la fortuna de su esposa estadounidense. Ambos se empeñan, cada uno a su modo, en el triunfo de la pujante Naninna (Anna María Ferrero), que conquistará los teatros de París y Londres con sus danzas africanas o americanas. Es el triunfo de la modernidad, que aboca a la extinción al tango, el cancán y toda la Belle Époque. Pero si la agonía de Gaston Le Beau adquiere tintes patéticos, la del príncipe interpretado por De Sica, al contrario, está teñida de nostalgia y savoir faire.