Sophia Loren, une destinée particulière (Julia Bracher, 2019) es un documental íntimo sobre la mujer que Carlo Ponti modeló como estrella y Vittorio De Sica como actriz: Sofia Scicolone, Sofia Lazzaro, Sophia.
De Sica comparece durante la producción de Pane, amore e... (Dino Risi, 1955) en Sorrento, aún vigente su atractivo como galán, pero, sobre todo, como pigmalión de la actriz, de la que dice que es tan bella como inteligente. Al regresar ambos a Nápoles para el rodaje de L'oro di Napoli (De Sica, 1953), donde Sofia interpretará a la pizzaiola infiel, Vittorio le aconseja que se impregne del ambiente en el que se ha criado y deje libre su instinto: "Olvídate de las clases de interpretación y sigue la senda de tus recuerdos".
El documental termina prácticamente con el homenaje de la discípula a su maestro, cuando éste fallece en 1974. Una giornata particolare (Una jornada particular, Ettore Scola, 1977), una vez más junto a Marcello Mastroianni, es el inicio de una nueva etapa en la carrera de la actriz marcada por la ausencia de De Sica.